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Observatorio Chiapaneco

lunes, 24 de agosto de 2015

Tiempo de trabajos políticos en la facultad

Sección: De Guerras y Guerrillas…y una canción desesperada Presenta a:

Vellejo. Poeta y latinoamericano

Ya vienen ladrando los perros, muerden bravos los casquillos calcinados en la tierra, destrozan cuanto les echan encima. Ya sirvieron a sus amos afuera y ahora tragan horrorosamente, se les quedó sola la hacienda, no dominan pero se sienten hombres y caminan en dos patas, leen libros y conceden entrevistas, alinean a los demás de sus razas. No son invencibles;  solo juegan. Juegan que no hay un mañana.
No son hombres pero recuerdan a sus dueños.
¿Aún existe facultad?, más aún, ¿existirán alumnos?, ¿se formará a algún abogado?, no a la manera de los sofistas que venden su retórica ciencia, ¡abogados a la manera de voz de la muda (además de ciega y prostituida) justicia!
Si existen, a lo mejor aún duermen el letargo entre los códigos y la jurisprudencia, a lo mejor aún cazan las mariposas de sus vocaciones, quizás estén ya cerca, por ahí entre los andadores que rodean al palacio. No el palacio que ya no <<es>>, el que casi nunca administró justicia, sino “el palacio” ese de hermosos murales, donde a pesar de todas las purgas del sistema, se erige la IVSTITIA de piedra blanca y el sol acaricia la morena faz de Zapata y del padre De Las Casas.
¿De verdad la facultad de Derecho está en tiempo de trabajos políticos?, ¿acaso dejó de estarlo algún día?
Hay un proceso electoral pero dudo haya un trabajo político, no digo que este su servidor en contra de la democracia, ¿Cómo no defenderá la  herencia de Grecia?, más aún a esta democracia nuestra; mexicana, pícara y colorida. Sería aberrante estar en contra del derecho estudiantil.
Basta recordar la historia del estudiantado, ver los regueros de sangre en Tlatelolco, los murales de las normales en el país que provocan un éxtasis negro-rojizo, los “goyas” después del “huelum” en las calles del centro de México. El nerviosismo de Chong frente a la marea iracunda de sueños progresistas. Las huelgas y paros que molestan a todos sobre siempre a quienes las hacen y las forman.  ¡Vaya alucine!
No podría estar en contra de ninguna elección democrática, sería estar en contra de los libros cívicos de primaria, de las juergas académicas de los cafés, de lo sagrado como el miedo humano, de los propios errores. Me niego, nos negamos in so facto, ¡anti derecho, anti institucional quien piense lo contrario!, sería cuartar lo que se ganó con mucho esfuerzo, lo que escribió con sangre.
Pero este proceso electoral, que es por lo cual estas líneas escapan del revoltijo de la memoria colectiva, es risorio por incongruente.
La Universidad Autónoma de Chiapas es una de las más jóvenes en el país, dejemos atrás de que si el rector Don Eugenio tiene arreglos con gobernación del Estado, esos chismoteos de falsa autonomía, dejemos atrás esto y lo demás, alberga entre sus facultades a una de trescientos años, a la cuna del saber Chiapaneco sin recatar elogios, quien se encuentra sumida en la inestabilidad política, rezagada en cuestión de educación, por los suelos en las encuestas frente a las demás universidades del país, en un sistema clientelar (¿Cómo en el estado?) de trafico de calificaciones, con un plan de estudios que por suerte no fue estudiado por el mismo Agustín de Hipona, antiguo y añejo no más que las columnas de la institución, una dirección agarrada de uñas  y dientes, con ahínco y prudencia de la misión de enseñar. Y con todo esto (y más, que no enumeramos por falta de hojas), suena el  mariachi y las  batucadas  al paso de los compañeros candidatos, pasando por los tricentenarios andadores, entre aula y aula, ¡incongruencia!, la facultad se desploma y toca la algarabía entre las liras Bacales, entre fiesta y fiesta, de embrutecimiento a ridículos actos de política aprendidos de la política estatal.
Señalan todos ellos, los “competentes”, mejor, los “contendientes” a un cargo de representación del alumnado de la facultad de Derecho, como principal bandera; LA ACADEMIA. Se llenan las propuestas en mejoras a la academia, algo pasa, llevamos mucho tiempo escuchando lo  mismo, a lo mejor es referencias del estudio antropológico y jurista de los bares y cantinas de San Cristóbal, ¡incongruencia!, decir luchar por la academia cuando el anzuelo de los votos no se dan en los debates inexistentes, o en las pláticas personales, en un ejemplo de verdadero trabajo de aptitudes del buen jurista, esos votos se ganan entre los jubilosos tragos del enervante alcohol entre los bares, alcohol en casa de los alumnos de las planillas, alcohol en la campaña y en las elecciones, alcohol en vez de palabras y verdaderas propuestas, embrutecimiento de quien se supone son los que deberían plagar los juzgados, las instancias de gobierno, las cárceles, las tribunas por defender ese “arte de lo justo” .
El abogado se le vio en su tiempo como un ciudadano consiente y responsable, hagamos uso de nuestra razón común. No hay mucha lógica en decir que los candidatos a los puestos de representatividad no son los aptos, no cuando en sus actos demuestran el mismo pan y circo que sirve como alquimia electoral en el estado, díganme ¿eso demuestra un verdadero trabajo académico?
Como amantes del derecho, dirijamos nuestra vista al recuadro de candidatos no registrados, pero votemos.
No podría votar por ninguna planilla con las mismas prácticas de peones en un juego ajedrezado, donde en  la estrategia se concentra mucha conveniencia externa.
Hasta aquí lo que escribimos. Como suave vaivén de otros aires, como pasaje borroso del tiempo nuestro. No es por las tácticas solamente, es por la dignidad de la Tricentenaria, esbozo de un fugaz ideal de que…
IVSTA LEX IMPERET.


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